Por: CP Iván Rodríguez. Colaborador de Auditool.
El acoso laboral y cómo reconocerlo
Hoy día las organizaciones se ven expuestas a los riesgos derivados del acoso laboral que pueden usar las personas al interior de estas, en contra de otros colaboradores o terceros. Se suele entender por acoso laboral al conjunto de prácticas que pretenden hostigar o molestar a un trabajador, con el fin de amedrentarlo o intimidarlo. Normalmente, proviene del empleador, sus representantes o de compañeros de trabajo. Aunque el objetivo del acoso laboral generalmente es conseguir que el trabajador deje su cargo o renuncie, no siempre es así, también puede utilizarse para forzar una conducta o una decisión del trabajador, que no implique su renuncia.
Los diferentes medios de comunicación, cada vez con mayor frecuencia, publican noticias referentes a escándalos por acoso laboral. Para las organizaciones esta es la materialización de riesgos reputacionales, en muchos casos con impactos financieros fuertes que pueden llegar a afectar su estabilidad, además de evidenciar la falta de políticas, controles y capacitación que mitiguen estos riesgos. Por ello, las organizaciones deben adoptar medidas para evitar multas, demandas, reemplazo de empleados, mala prensa o las consecuencias de un escándalo, antes de que el acoso se convierta en un problema importante. Entonces, es necesario que, tanto los administradores como los auditores, aprendan a identificar los tipos más comunes de acoso en el lugar de trabajo y cómo pueden evitarse para proteger tanto a los empleados como a la organización.
A continuación, se presentan algunos tipos de acoso, junto con ejemplos que los ilustran, para favorecer su entendimiento e identificación, en caso de presentarse:
- Acoso discriminatorio
En un sentido amplio, todo acoso en el lugar de trabajo es de naturaleza discriminatoria. Pero, a diferencia del acoso verbal o físico, el acoso discriminatorio se define por sus intenciones. El acosador aprovecha su condición de ser, al menos en parte, miembro de una clase protegida en su entorno, tal como sexo, edad, religión, color de piel, nacionalidad o capacidad física o mental. Estas formas de discriminación se expresan con las siguientes acciones:
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- Uso de insultos en general o dirigidos a la víctima
- Comentarios insultantes o degradantes sobre la religión, el color de piel o la religión de quien recibe el comentario
- Generalizaciones sueltas sobre “ese color de piel”, “esa religión” o “esa nacionalidad”
- Divulgación de chistes, "memes" o imágenes denigrantes con tono jocoso
- Acciones o expresiones de disgusto al compartir espacios con la víctima
- Intolerancia a las diferencias
Otra variedad del acoso discriminatorio es el basado en el género. Puede sucederle a mujeres u hombres heterosexuales, mujeres u hombres trans o no binarios. Ejemplos de esta variedad de acoso son los siguientes:
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- Un enfermero se enfrenta al acoso por tener lo que se percibe como un trabajo de mujer
- Una banquera es pasada por alto para una promoción porque no es hombre
- Un colega masculino muestra materiales (por ejemplo, cómics, carteles, protectores de pantalla) que son denigrantes para las mujeres
- Una persona no binaria es tratada despectivamente por un compañero de trabajo
Por último, otra variedad de este acoso es la discriminación por motivos de discapacidad. Son víctimas las personas que sufren una discapacidad (física o mental) y el acoso se manifiesta en forma de burlas dañinas, comentarios condescendientes, negativos o generación de aislamiento en el entorno de trabajo.
- Acoso personal
Es una forma de acoso que, a menudo, se dirige a ciertas características sobre el trabajo, la personalidad o la apariencia de quien sufre el acoso. Es intimidación en su forma más básica. Técnicamente, no es ilegal, pero puede ser perjudicial de todos modos. Son ejemplos de acoso personal:
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- Comentarios inapropiados o salidos de tono
- Chistes ofensivos
- Comentarios demasiado críticos
- Conductas de ostracismo o aislamiento
- Cualquier otro comportamiento que cree un ambiente de trabajo intimidante y hostil para la víctima
- Acoso físico
El acoso físico, a menudo llamado violencia en el lugar de trabajo, implica ataques físicos o amenazas. En casos extremos, el acoso físico puede clasificarse como agresión. Los gestos físicos como empujones juguetones o un puñetazo suave en el hombro pueden difuminar la línea entre lo apropiado o no. La persona en el extremo receptor puede decidir si el comportamiento le hace sentir incómodo o incómoda. Algunos ejemplos de acoso físico son:
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- Amenazas directas con intención de infligir daño
- Ataques físicos (patadas, golpes, empujones)
- Comportamientos amenazantes (agitar los puños con enojo)
- Destrucción de propiedad para intimidar
- Acoso de poder
Es una forma común de acoso en el lugar de trabajo que se caracteriza por una disparidad de poder entre el acosador y la víctima. El acosador ejerce su poder intimidando a alguien que está más abajo en la jerarquía del espacio de trabajo u organigrama. En muchos casos, el acosador es un supervisor o gerente que victimiza a sus subordinados. Son ejemplos de acoso de poder:
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- Exigencias o solicitudes excesivas que son imposibles de cumplir
- Solicitudes degradantes muy por debajo de la capacidad del empleado
- Intrusión en la vida personal del empleado
- Imposición de funciones fuera del alcance del empleado (por ejemplo, recados personales, trabajar horas excesivas, solicitar favores sexuales)
Si bien existen otras formas de acoso que pueden identificarse, lo importante es detenerlo a tiempo. Las siguientes son formas de frenarlo:
- Implementar, actualizar o retomar políticas, códigos y procedimientos
Si la organización aún no cuenta con una política, un código o algunos procedimientos que contemplen estos temas, debe crearlos. En caso de contar con estas herramientas, hay que revisar si están actualizadas conforme las últimas disposiciones sobre la materia. De no ser así, hay que proceder con la actualización. Ahora bien, si se cuenta con las herramientas, aún actualizadas, hay que buscar los mecanismos necesarios para hacerlas cumplir.
- Capacitación
Capacitar a los empleados sobre qué es el acoso, cómo reconocerlo y cómo denunciarlo es vital. Aunque parezca obvio, es posible que algunos empleados no sepan que un comportamiento podría considerarse acoso. Compartir una lista de conductas aceptables e inaceptables podría desalentar a los posibles acosadores y alentar a las víctimas a denunciar.
- Implementar, actualizar o reactivar un sistema interno de quejas
Aunque una política, un código y una capacitación son útiles, no pueden hacerlo todo. Un buen complemento es un sistema interno de quejas, que puede hacer que los empleados se sientan seguros y apoyados en sus denuncias. Dicho sistema debe ser formal, reconocer el derecho de la víctima al anonimato y tener la seguridad de que no habrá represalias, puesto que las víctimas pueden temer las posibles reacciones y la falta de apoyo podría ser peor que el acoso que ya enfrentan. Es decir, se debe evitar la revictimización.
Con este conocimiento y las estrategias de mitigación, las organizaciones y sus auditores se encuentran mejor capacitados para enfrentar estas inapropiadas prácticas denominadas acoso laboral.
CP Iván Rodríguez - CIE AF
Auditor y consultor, diplomado en Alta Gerencia de Seguros y Derecho de Seguros. Especialista en Dirección Financiera y Desarrollo Organizacional, diplomado en Gerencia de la Calidad. Contador público (CP) de la Pontificia Universidad Javeriana con 20 años de experiencia en diversas empresas. Tiene amplia experiencia en la elaboración y ejecución de auditorías y revisorías fiscales. Dirección y ejecución de asesorías, consultorías y capacitaciones. Colaborador de Auditool.
Bogotá D.C., Colombia